La próstata es una glándula del cuerpo que solo existe en el hombre y que sirve para producir líquido prostático que mantiene vivos a los espermatozoides y favorece que logren la fecundación del óvulo, garantizando que se pueda dar el embarazo y con ello la permanencia de la especie humana. Con el avance de la edad suele aumentar de tamaño por el crecimiento en el número de células, pero a diferencia del cáncer, éste suele ser un crecimiento “benigno” porque las células no invaden a su alrededor, ni viajan a lugares distantes. Este crecimiento inicia después de los 35 años de edad y suele provocar síntomas después de los 50 años.
Los síntomas se caracterizan por goteo después de orinar, chorro delgado y sin fuerza, chorro urinario intermitente, aumento en la frecuencia urinaria durante el día, levantarse varias veces por la noche a orinar, esfuerzo para orinar, sensación de vaciamiento incompleto, quedarse con deseo de seguir orinando y puede haber dolor al orinar.
Lo que inicialmente se evalúa son los síntomas que se mencionaron anteriormente, se solicitan estudios de antígeno prostático especifico y la exploración digital de la próstata por vía rectal que ayudan para diferenciar el crecimiento prostático “benigno” de crecimiento canceroso “maligno” y puede estar indicado estudios de orina para evaluar principalmente si hay infección y ultrasonido de las vías urinarias par ver la repercusión de la obstrucción y del tamaño prostático.
El crecimiento prostático solo se trata si provoca obstrucción significativa para orinar o los síntomas son muy molestos y alteran la calidad de vida del paciente. Se trata con medicamentos o en casos más severos o que no responden adecuadamente a los medicamentos con cirugía.
Podría no requerir tratamiento si los síntomas son leves y en la evaluación del sistema urinario de descarta obstrucción significativa u otras complicaciones. Si requiere tratamiento y no se aplica, el paciente puede continuar con las molestias o incluso se puede dañar el sistema urinario, la función del los riñones y algunas otras complicaciones serias que ponen en peligro la vida del paciente.
Existen múltiples alternativas entre las que destacan medicamentos llamados alfa bloqueadores, procedimientos de invasión mínima o cirugías como la resección transuretral de próstata, láser, etc.
Existen medicamentos naturales como el serenoa repens que tienen más efectos placebos que terapéuticos y son ampliamente utilizados especialmente en Europa, a pesar de que su utilidad objetiva es incierta.